El
sector de la construcción es complejo desde el mismo momento en que se busca su
encuadre dentro de los tres grandes sectores en que se agrupan las actividades
económicas (primaria, secundaria o terciaria). Una opinión bastante
generalizada lo considera en una situación intermedia, a mitad de camino entre
las actividades industriales (o secundarias) y las de servicios (o terciarias).
Pero,
además, la actividad de construcción presenta importantes dosis de dificultad,
derivándose de la misma toda una serie de características que definen su
actividad, contratación y organización. La finalidad última de la construcción,
como la de cualquier otra actividad productiva económica, se cifra en la
elaboración y acabado de una serie de productos y su posterior venta en el
mercado. Sin embargo, la actividad productiva y el propio mercado de la
construcción tienen peculiaridades específicas que es necesario resaltar y que
condicionan la existencia, estructura y funcionamiento de las empresas que
operan en ese mercado (fundamentalmente empresas constructoras).
Las
características básicas de la producción son dos: tiene lugar por encargo o
pedido y es intermitente. Las peculiaridades de la construcción como actividad
productiva son:
·
El
producto final consiste en una infraestructura construida en un emplazamiento
concreto, por lo tanto, la actividad constructora se realiza en el mismo lugar
donde el producto va a quedar forzosamente inmóvil; esto implica la dispersión
espacial del proceso productivo.
·
La producción, además, es
fraccionada en grado sumo. Puede darse en cualquier asentamiento humano, por
pequeña que sea su importancia, o incluso en cualquier punto de la geografía
mundial donde se ejecuten obras de infraestructura. Cada obra constituye un
"centro de trabajo" relativamente autónomo.
·
El producto acabado es
extremadamente heterogéneo, dada la gran diversidad de aplicaciones que los
productos de la construcción encuentran en la sociedad.
·
El tamaño y complejidad de la
obra final es variable
·
Existen condicionantes físicos
del proceso productivo: orografía y geología del terreno, utilización de
materiales naturales, climatología, planeamiento urbanístico, etc.
·
La personalidad de los
técnicos que intervienen durante el diseño, primero, y la construcción, más
tarde, influye en el resultado final.
·
Para un mismo producto acabado
existen diversos procesos productivos alternativos, la mayoría de ellos poco
susceptibles de mecanización.
Las
características derivan no sólo de las peculiaridades del producto final y de
la propia actividad productiva, sino que son también impuestas a través del
mercado por la demanda. La demanda privada
se
materializa de forma puntual en el tiempo y el espacio, constituyéndose para
una obra en concreto. Una consecuencia
inmediata
es la poca transparencia del mercado. Además, como consecuencia de su
dispersión y fraccionamiento, se producen fuertes fluctuaciones, tanto mayores
cuanto menor sea el área geográfica de referencia. La opacidad de la demanda
pública es significativamente menor, por los requisitos legales de publicación
previa de la contratación pública para la adjudicación de obras.
De
lo expuesto hasta aquí se deduce que el sector está caracterizado por la
producción de bienes heterogéneos y dispares, que se realizan en multitud de
lugares y circunstancias, con procesos poco susceptibles de mecanización y
trabajando en la mayoría de las ocasiones "bajo pedido", sin poder,
por tanto, extender demasiado en el tiempo el horizonte de su actividad.
El
mercado está dominado por la demanda que se manifiesta para cada obra concreta
y los distintos ofertantes deben concurrir compitiendo entre ellos para
conseguir la adjudicación del proyecto. En la mayor parte de los casos, la
adjudicación se hace a la oferta más baja. En consecuencia, el precio del
producto se formaliza con anterioridad al proceso productivo. Esta
determinación previa del precio tiene dos consecuencias.
·
Obliga al empresario a ajustar
con esmero sus márgenes de beneficio; incluso en ocasiones, en especial en los
momentos depresivos de los ciclos económicos, puede inducirle a presentar tales
bajas en sus ofertas que el excedente empresarial sea nulo o casi nulo, con la
única contrapartida de asegurar su presencia en el mercado durante un cier´0to
tiempo.
·
El precio final del producto
suele presentar variaciones sustanciales con respecto al pactado, en especial
en época inflacionista, dado que el periodo de producción puede abarcar varios
años. Se arbitran, en consecuencia, sistemas de revisión de precios establecer
con la suficiente equidad y objetividad. Además, suelen casi siempre durante la
ejecución de la obra, modificaciones del proyecto contratado.
En
cuanto al carácter social del promotor, podemos distinguir entre obra pública y
obra privada, dependiendo de si es la administración pública en sus diversas
manifestaciones (estatales, autonómicas o locales) o la iniciativa particular
quien encarga la ejecución de los proyectos.
Durante
el año 2002 la construcción fue el sector más dinámico de la economía española,
tanto por crecimiento de la actividad como por creación de empleo. El valor
añadido bruto generado por el sector representó el 8,6% del Producto Interior
Bruto y la ocupación de mano de obra alcanzó el 1 1 ,8% del total nacional.
·
El efecto arrastre sobre la
restante actividad económica que da lugar a un multiplicador de la actividad de
1 ,8.
·
La capacidad de generación de empleo, ya que de
cada 600.000 € gastados en el sector
generaron 10
empleos directos y otros 6 indirectos, aproximadamente.
La
producción durante el año 2002 alcanzó la cifra de 116.000.000.000 €, habiendo
experimentado una variación positiva del 4,6% sobre el ejercicio anterior,
manteniendo así el período expansivo que viene atravesando el sector desde hace
ya varios años. La demanda del sector público, incluyendo a empresas y entes
públicos y excluyendo las concesiones, representó en torno al 22% del total de
la producción, con un incremento del 9%. La demanda del sector privado ascendió
al restante 78% del total de la producción, con un incremento del 3%
Según
el informe anual de SEOPAN (asociación de las principales empresas
constructoras españolas) del año 2002, podemos establecer (tal y como se
refleja en la figura siguiente) que:
·
Más de tres cuartas partes de
la actividad generada en construcción es debida a la contratación de empresas
privadas; las restantes contrataciones son realizadas por las administraciones
públicas (central, autonómica o local) y entes que dependen de ellas.
·
Una cuarta parte de la
inversión el resto se centra en edificaciones
|
en
construcción corresponde a obra civil;
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